martes, 19 de junio de 2012

Ella.


Cerrando los ojos, se evaporan los días con el perfume de su ausencia...
Recordándome que su sonrisa sostiene este intermitente amanecer.


Que sólo es en sus ojos donde las nubes encuentran eternidad.
Y  en su mirada, la noche mese a sus mejores estrellas.
Es su devenir liviano como rastro de espuma.
Ella es sin saber, vida, sueño, espectro de luz.
Y sus pasos los pétalos que adornan con sombras
la tarde de un momento pasmado, infinito, sublime.



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